Si hace unas décadas jugabas al fútbol infantil o juvenil, seguro que recuerdas (con cariño o no) como todos los campos eran de tierra.

Por fortuna para aquellos que disfrutan del fútbol en categorías inferiores, esto ya no sucede y ahora la inmensa mayoría de campos tienen césped artificial. Y sí, hablamos de que es una tremenda suerte, puesto que las condiciones para jugar al fútbol en un campo de césped artificial son mucho mejores.

Precisamente, es lo que queremos ilustrar en este artículo. Vamos a ver cuáles son las ventajas que supone instalar césped artificial en un campo de fútbol, frente a otras superficies como la mencionada tierra o incluso con el césped natural.

Beneficios de instalar un Campo de fútbol de Césped Artificial

Desde la mejora en las condiciones para jugar a los reducidos costes por mantenimiento, el césped artificial presenta unas cualidades difíciles de mejorar. En Césped Bes, contamos con una amplia gama de productos de césped artificial para campos de fútbol, ¡consúltanos para más información!

Uniformidad del Terreno

Si comparamos un campo de césped artificial con respecto a uno de tierra, una de las principales ventajas reside en que ante de la instalación del césped la superficie tiene que quedar totalmente uniforme. Es decir, la superficie queda totalmente lisa.

Esto es algo que no sucedía en los campos de tierra. A pesar de su mantenimiento, enseguida salían baches a lo largo y ancho del terreno de juego. Las consecuencias de jugar en un campo así son bien conocidas.

Por un lado, el propio juego se ve afectado, volviéndose más imprevisible ante botes extraños o pases rasos que se levantan levemente. Por el otro, una superficie con baches favorece que los jugadores puedan pisar mal y que puedan sufrir mayores lesiones, en especial torceduras de tobillo.

Coste de Mantenimiento

El coste de mantenimiento de un campo de césped artificial es mínimo. Simplemente es necesario realizar un cepillado y regar mínimamente el campo para crear las condiciones idóneas para jugar.

Sin embargo, si lo comparamos con el mantenimiento de un campo de tierra, el tiempo que se requiere para estas labores es mucho mayor. Asimismo, ya no hablamos de la labor de “uniformar” la superficie, también hablamos de pintar las líneas del campo. En lo que respecta al coste, también hay que recordar que es necesario reponer tierra cada cierto tiempo, ya que tras alas lluvias o el deterioro propio del campo, se va perdiendo.

¿Y qué hay de los campos de césped natural? Son mucho más costosos de mantener que si fueran de césped artificial. Se consume mucha más agua para que esté en perfectas condiciones, hay que pintar las líneas, mantenerlo uniforme y, según como esté, puede llegar a ser necesario replantarlo, ¡y eso vale mucho!

Durabilidad y Resistencia

La vida útil del césped artificial es uno de sus baluartes, incluso en condiciones de carga tan exigentes como las de soportar entrenamientos y partidos de fútbol. Lo mejor de todo es que sus propiedades se mantendrán durante años y años.

¡Pero ojo! Ya no hablamos de la resistencia a la pisada de jugadores durante tanto tiempo. Las superficies se deterioran por otros factores externos, entre los que cabría destacar las condiciones climatológicas. El césped artificial aguanta, a la perfección, a las temperaturas extremas, tanto frías como calurosas, por lo que no se resiente como sí lo hace el césped natural.

Además, su capacidad de drenaje es envidiable, por lo que la acumulación de agua no supone una razón más para que se estropee con mayor rapidez que como sucede con otras superficies para la práctica del fútbol.

Como ves, estamos ante razones más que poderosas para que pienses en el césped artificial como la mejor instalación posible de un campo de fútbol, ¿no te parece?